Leve inmediatamente miró hacia su izquierda donde a quinientos metros se erguía una torre vigía de doble cuerpo que llamaban Angelus. Estaba siendo atacada o, al menos, eso parecía con la humareda que se había levantado rodeando la atalaya. Algo inexplicable cuando era un punto que necesitaría centenas de hombres para hacerse con él, a parte de que no estaba…