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¿Qué ver en Olot en 3 días? Guía práctica para conocer Olot en Gerona

En las vacaciones de este verano hemos visitado tres días el interior de Gerona y nos sorprendimos. ¿quién va a conducir un hora hacia el interior de Gerona teniendo la costa Brava? Pues no mucha gente, pero el no ver turistas en pleno Agosto y salirte de la sensación de estar en guirilandia rodeado de holandeses, alemanes y franceses, está bien. Si vas a Olot es para alejarte de la costa, comer bien, aprovechar su naturaleza,  las noches fresquitas y relajarse en un pueblo pequeño. Porque tampoco hay mucho que hacer, pero por eso mismo creo que es agradable estar varios días y hacer pequeñas cosas, con tranquilidad y disfrutando del momento. Este es un resumen de lo que hicimos en tres días y seguro que nos quedaron lugares por ver de la zona.

La ciudad de Olot y sus calles. Nosotros nos alojamos en el Hostal la Vila que está en la misma Plaza Mayor y a partir de ahí conocimos la ciudad. El trato fue agradable y no es caro estando tan céntrico. El coche puedes dejarlo en las inmediaciones sin pagar parking. Desde la plaza Mayor se puede bajar por la Parròquia de Sant Esteve y pasar por el mercado en la plaza del Mig hasta la Plaza Clara. Recorrer una cuantas calles sin más pretensión que pasear. También puedes dar una vuelta por el Passeig de l’Escultor Miquel Blay, donde por la noche se congregan muchas personas para cenar y tomar unas copas. Si avanzáis más hacia el sur de la ciudad andando llegáis hasta el Parc Nou y los Aiguamoixos de la Moixina. Un recorrido corto, pero sorprende que la naturaleza esté tan cerca del pueblo.

Conocer los volcanes catalanes. Visitar Olot supone ir al Parque natural de La Garrotxa a ver sus volcanes. Uno de ellos se puede visitar desde la misma ciudad, a menos de un kilómetro de nuestro hostal podíamos subir al volcán de Montsacopa (FOTO). Aunque la cuesta nos hizo sudar, desde arriba hay unas vistas geniales del pueblo y las montañas. Como nos gustó la experiencia, al día siguiente nos animamos a hacer una ruta más larga que partía del pueblo de Santa Pau, hasta el volcán de Roca negra, siguiendo por el volcán de Santa Margarita (se puede acceder al cráter donde hay una ermita, FOTO), para finalmente acabar con el volcán de Croscat, y su correspondiente vuelta a Santa Pau, donde habíamos dejado el coche. Es una ruta de toda una mañana, exactamente hicimos de 13-15 kilómetros en 4 horas y bajo sombra de grandes árboles. Decidimos dejar a un lado La Fageda d’en Jordá porque ya era demasiado para nosotros, pero dicen que es muy bonita. Hay otras rutas pero creo que la que hemos contado, añadiendo La Fageda es la más completa. 

Aquí también hay agua para remojarse. Mi chica estaba loca por ir a unas pozas naturales y la verdad es que fue la gran idea. Visitamos las Gorgues de Salent pasado el pueblo Sant Privat d’n Bas. Una buena hora es ir a media mañana, para evitar la llegada de domingueros. El coche se puede dejar muy cerca en el camino. Nosotros subimos la montaña siguiendo el río y encontramos un pequeño espacio de rocas, que a lo mejor no era muy cómodo bañarse, pero en el que estábamos solos y muy a gusto disfrutando de agua fresquita. Nos gustó tanto que al día siguiente decidimos ir a otra poza: Salt de Can Batlle (FOTO), que está pasado el pueblo de Sant Pau. Es más incómodo porque tienes que dejar el coche en la carretera y andar 1-2 kilómetros hasta el salto de agua y una vez allí tienes que bajar unas escalera naturales un tanto peligrosas. No hay mucho espacio, pero aún así, merece la pena.

Saborear la comida volcánica. En Olot se come muy bien y a buen precio. Tienen lo que llaman gastronomía volcánica que usa productos locales, mezclando lo tradicional y lo innovador. Tenéis que probar las manitas con caracoles, las patatas de Olot y fessols de Santa Pau, aunque realmente podéis probar de todo si vais a algunos de los siguientes restaurantes que nos gustaron:
  • Can Xell. Está de camino a Santa Pau, es otro de los restaurantes de comida volcánica y tanto el lugar como los platos, estaban geniales. Probamos también cerveza volcánica, muy rica. Nuestro plato estrella: Lenguado a la plancha.
  • La Quinta Justa, comer de menu por 12€ y tener la sensación de que estás en un restaurante de 5 estrellas es un placer. Comida excelente, trato aún mejor y a un precio que en Madrid pagas por un plato de calamares. Hasta los postres estaban deliciosos. Plato estrella: Todo.
  • Café Europa. Caímos de casualidad porque no queríamos andar mucho después de una larga caminata por la mañana y este restaurante estaba debajo del hotel. Fue una sorpresa porque probamos platos un tanto innovadores y, como siempre, sin dejarte la cartera. Nuestro plato estrella: Carpaccio de atún.
Nos gusto también el Viena. Mi novia lo describe como una cafetería muy estilos en la que te puedes pedir algo rápido y tomártelo con mucho aclama en uno de esos sofás.

En Santa Pau se lo montan de PM. El pueblo de Santa Pau está rodeado por un río y es encantador por las construcciones medievales y calles estrechas. Me recuerda a Pedraza en Segovia, pero más acogedor y «apretado». Pero, contemos la verdad, lo que de verdad nos enamoró de Santa Pau fue algo inesperado. Coincidió que eran las fiestas y una de las actividades era poner unos plásticos en una calle empinada, llenarla de agua y espuma y la gente se tira con sus colchonetas calle abajo. A tomar por culo. Se montaron un maldito tobogán de agua en medio del pueblo y tan a gusto. ¡viva Santa Pau y las ideas de su gente! (FOTO) Otro pueblo al que acercarse es Castellfullit de la Roca (FOTO), tiene unas vistas sorprendentes ya que está al borde de una acantilado. Y prácticamente todos los pueblos del sur de Olot (Les Preses, Sant Estuve d’en Bas, etc.) también tienen algo de encanto.

Acercarse a los museos. No hicimos por visitar los museos pero quería mencionarlos porque tenían una oferta interesante. Hay cuatro museos: el museo de La Garrotxa, para conocer mejor el arte de la zona; el museo de los volcanes, si os gusta conocer la naturaleza y la formación de los volcanes: el Museo de Sants, que recoge la artesanía y folklore tradicional de Olot; y la Casa museo de Trincheria, en ele ue podrás conocer la historia y costumbres del siglo XVIII. Para los que os gusta visitar museos, Olot también es un buen lugar.

¿Volveríamos? Por supuesto. Eso sí. Nosotros no recorrimos 700km solo para estar en Olot. Hicimos esta visita al interior después de estar varios días en las playas de Empuria Brava y como un interludio para después volver a la Costa Brava, concretamente L’Estartit. Si os lo tomáis así, como un espacio para escapar de la playa y su alboroto veraniego, es el lugar perfecto. Pero la Costa Brava siempre llama. 
Y todo esto no sería igual si no tuviera una fantástica acompañante, 🙂

P.D.: Por cierto, si buscáis un buen blog de viajes con guías, consejos y útiles os recomiendo La maleta de Carla, en el que escribe una compañera.

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