Buenos días. Hablo contigo aunque no me escuches, te noto cerca aunque no estés, te veo aunque ya no sé cómo eres. Sí, eres tú, ¿por qué no ibas a serlo?, así es, porque sin encontrar una explicación, estás ahí con pequeños suspiros desde mi garganta y cada vez que intento olvidarte florece un pequeño hormigueo en el estómago que…