Hoy no es un buen día, Gregorio se ha marchado y no me imaginaba que fuera a sentir tanta tristeza, pero así es. Un conejo ha provocado en mi una singular angustia. Recuerdo allá por el 2012 cuando me dediqué a enviar postales al mundo impresas con él, cuando el valiente saltaba desde lo alto del cabecero del sofá al…