Mañana va a llover, pero las hojas todavía no han caído de los árboles. Tampoco Álvaro ha venido en su reluciente bicicleta azul con pegatinas del robot preferido que sale en la televisión.Jugábamos juntos, yo me ponía en el manillar y él en el sillín, cogíamos carrerilla y bajamos la enorme cuesta que llevaba al monte Lobaló abriendo la boca…