Mañana va a llover, pero las hojas todavía no han caído de los árboles. Tampoco Álvaro ha venido en su reluciente bicicleta azul con pegatinas del robot preferido que sale en la televisión.Jugábamos juntos, yo me ponía en el manillar y él en el sillín, cogíamos carrerilla y bajamos la enorme cuesta que llevaba al monte Lobaló abriendo la boca para comernos el aire.
No sabía a nada, pero nosotros decíamos que sabían a fresas como las que prepara su madre. Incluso un día me dejó su bicicleta, un ratito. Nunca había montado en una bicicleta azul con pegatinas tan nueva, ni tampoco había comido fresas.
Un día me dijo que había escuchado a sus padres y que cuando las hojas cayeran ya no volvería nunca más a verle porque entonces habrían llegado los tiempos malos. Eso sí, me prometió que si caían las hojas me regalaría su bicicleta azul con pegatinas. Yo no quería que ocurriera porque era mi mejor amigo, a pesar de que vivía en el barrio donde las personas pueden escapar cuando caían las hojas.
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jorge
16 abril 2010 at 07:24muy bueno!
como me gusta a mi!lo bueno si breve 2 veces bueno!jejeje
Naufragio
16 abril 2010 at 10:03Ya se abrió… la caja de la memoria. La llave..? Una foto, un aroma, un sonido…
Akaki
16 abril 2010 at 17:27jorge:tu lo que no quieres es leer mucho capullo
Naufragio:
Ya se abrió… la caja de la memoria. La llave..? Una foto, un aroma, un sonido…
Ya voló…los recuerdos de la fantasía. Quien fuiste? Un sabor, un roce, un suspiro…
Naufragio
21 abril 2010 at 10:34Dónde están…? Se quedan quietos y sonríen, cómplices de los secretos que oculta la mirada.
Akaki
21 abril 2010 at 20:55Ya se abrió… la caja de la memoria. La llave..? Una foto, un aroma, un sonido…
Ya voló…los recuerdos de la fantasía. Quien fuiste? Un sabor, un roce, un suspiro…
Dónde están…? Se quedan quietos y sonríen, cómplices de los secretos que oculta la mirada.
O baten sus alas y vuelan sus cuerpos dejándose llevar por el viento helado.Dónde los llevan…?
Naufragio
22 abril 2010 at 07:41Los traen hasta mi mente alborotada, tiritando por el cansado viaje. Luego juegan un rato con mi corazón dormido y le hacen cosquillas, mientras él se da la vuelta y piensa que mañana ya no recordará este sueño.
Akaki
22 abril 2010 at 18:40Desvanecen, diluidos en humo que se aclara al amanecer como si el tiempo se hubiera detenido. Quizás vuelvan, se preguntaba cada mañana, quizás nunca me encuentren, dudaba al anochecer.
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