Hace años que no me fijaba en la luna. Su color es diferente, brillante como nunca. Apareció de repente ahí arriba, como en un cuadro en la claraboya del ático. Es preciosa. Si al menos pudiera tocarla. Tal vez quiera decirme algo. Tal vez nos esté esperando. Eva ha vuelto a vomitar sobre la mesa. Un líquido verdoso. Lleva días…