Estaba allí, al final de la mesa, donde había una ventana minúscula por la que entraba una brisa de primavera como un aliento tibio. Observaba todo el comensal de la celebración con desazón. Olía a colonia, comida de horno y la sutileza de los trajes de fechas exclusivas. Sus hijos sonreían con una copa de vino tinto en la mano,…