Aquí tiene la compra, señora –dijo el joven a la vez que dejaba una bolsa en la entrada de la puerta. Recibió un billete de 10 euros y se marchó. Sólo le vio los ojos, negros, oscuros, como los de su marido. Petronila vive en un bajo de una gran ciudad como Madrid de la que hace tiempo perdió el…