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Comentarios del guionista / Tus castillos sólo existen en las películas

Ha pasado un año desde que estrenamos Tus castillos solo existen en las películas en Madrid y creo que es el momento de contar algunas claves para entenderla.

Los comienzos

La primera pregunta es ¿cómo me embarque en este proyecto? Como muchas cosas que nos pasan en la vida, hay un encuentro fortuito. Conocí a Irene Gamell, una actriz con mucha ilusión, tanta que fue capaz de contagiármela para que escribiera una obra donde ella pudiera desempeñar un papel. Y entonces llegó la segunda coincidencia, empezaba por las mismas fechas un taller de microteatro en la factoría del guión, de Álvaro Tato. Durante el mismo taller nació la idea con las claves que aprendí en el curso todo fue un no parar hasta que la terminé de escribir. Después presenté el guión en El apartamento y todo empezó a ir mucho más rápido: solo había dos semanas para organizar el teaser, las formas de comunicación, corregir el guión, ensayar con los actores, dirigir la obra sin nunca haberlo hecho antes, volver a corregir, preparar la campaña. Poco tiempo, mucho estrés, pero todo quedó listo, porque cuando hay muchas ganas de hacer algo y gente buena a tu alrededor, siempre hay tiempo. Gracias a todos ellos. 

Mis castillos

Escribir microteatro es algo nuevo, pero no tan diferente de escribir narrativa, solo hay que cambiar la forma de escribir pero las técnicas, los juegos, las vueltas de tuerca son muy parecidas. Y lo mejor de todo, cuando tienes un estilo, permanece, y ha sido ahora cuando me he dado cuenta. Durante las funciones me sentado casi siempre sentar detrás, y desde ahí he visto muchas cosas. He oído carcajadas sencillas, he visto parejas que se han dado la mano en mitad de la representación, he visto manos recoger lágrimas de sus mejillas, he visto un aura de emoción sobre las personas que me llenaba por dentro. Y creo que eso es lo que más satisfacción produce en alguien que ha escrito teatro, llegar hasta muy dentro en las personas, que sienta suya la historia, que al salir de la sala, no sean los mismos.

Siempre me preguntan cómo me surgió la idea y toda la historia de los castillos. A lo que siempre respondo, no tengo ni idea, vino de repente y luego lo demás fluye y se transforma y pocas cosas son como al principio. Pero lo he estado dando vueltas e investigando he encontrado que el 9 se Septiembre del 2013 ya rondaban por mi cabeza unos «castillos de arena», cuando escribí un relato llamado Castillos de arena. Podéis leer la entrada.

Entender la obra

(IMPORTANTE: Te recomiendo que leas a partir de aquí si no has visto la obra)
Muchos me preguntan sobre qué ocurre realmente en la obra y aunque parezca mentira este guión de tan solo 18 minutos tiene tres interpretaciones principales. Está escrita y reescrita de tal forma y con las pinceladas suficientes como para que todas sean posibles e igual de válidas.

La primera es la más sencilla, la niña es su hija de verdad, su exmujer la ha colocado justo al lado de su toalla, para que tenga lugar el encuentro tan deseado mientras ella espera detrás de la playa. Él no sabe que es su hija aunque a veces sí reconoce en ella algo especial. En varios momentos de la obra la niña habla de su madre que está detrás y que la llama. Ella tampoco conoce a su padre.

La segunda escenifica un encuentro fortuito. No es su hija, simplemente una niña que se ha colocado allí y con la que entabla con una conversación desinteresada que se convierte en una continua lucha de opiniones. Ambos expresan sus razonamientos enfrentados aunque se encuentran en el lado sentimental en varias ocasiones con el vacío del padre/hija.

Pocas personas han llegado a la tercera interpretación. Los 20 últimos segundos en escena donde solo hay un gesto son clave para entenderla. ¿Por qué recoge el hombre los juguetes de la niña si eran de ella?, ¿o es que en realidad no son de ella? El hombre está viviendo un estado de tensión y locura transitoria y se monta toda la historia, creyendo que está hablando con su hija, pero no hay nadie. La niña no existe, está todo en su cabeza, las preguntas, las respuestas. Está hablando con sus deseos, miedos y preocupaciones. Está en un momento tan fuerte emocionalmente que se traspasa la realidad. Esta versión es mi preferida.

Estas son mis interpretaciones cuando escribí este microteatro, pero hay otras muchas que me han contado los espectadores y me han impresionado, sobre todo jugando con las metáforas del mar, los castillos, la imaginación, que tanta fuerza tienen en la obra. Cada uno elige la suya según cómo haya profundizado en la historia.

Si vais a ver la obra de nuevo es posible que disfrutéis de ella de otro modo sabiendo esto, hay muchos detalles que descubrir. Aún así, creo que pronto habrá que escribir otra. Toda la info sobre la obra aquí.

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